Consejos:
Ten tus cutículas preparadas: hidrátalas y retíralas con un palito de naranjo o de vidrio templado.
Utiliza la punta del filo del alicate y perfila el contorno las cutículas mediante varios cortes
Usa el alicate para rebajar las cutículas muy gruesas, nunca apures hasta la misma base de la uña. Elimina, en caso necesario, los repelones o padrastros para evitar que se levanten aún más.
Para una mejor conservación: guárdalo con el capuchón protector, mantenlo seco, limpio y lubricado con una gota de aceite